ANHELOS...
No son palabras de purpurina
sonoras, inaccesibles y huecas.
Quieren ser como deseo
sean mis manos:
de porcelana fina,
al horno lento del amor
lentamente cocidas.
Por el roce para el goce
eternamente con tu cuerpo
fundidas.
Manos, palabras, mi ser
entero
anhelante y deseoso
del encuentro.
3 comentarios:
Muy, muy bonito, Paco. Saludos
Tal vez no son palabras de purpurina, pero sin duda tienen un brillo que deslumbra.
¡precioso!
Muy bueno Paco.
Un abrazo
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