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domingo, 11 de febrero de 2007
Para la primera ventana de mi amiga Melip
Ventana a la esperanza
Me siento preso, en este sitio seco y adusto. Sólo puedo ver a través de ésta ventana.
Miro las montañas, los caminos ondulantes, los colores del cielo....Más allá la vida. Y yo aquí adentro.
Quiero saltar, correr, dimensionarme y espaciarme en eso que veo a través de la ventana. Mi pequeña vida no lo permite. Yo aquí pertenezco.
Y si dejo todo y lanzo a correr por los caminos ?, y si me auguro a la vida real partiendo desde aquí, de ésta ventana?.
Sueño que detrás de esas montañas hay otra vida, y no le temo. Le temo a ésta, que me hace morir día a día en mis silencios.
Esta ventana es mi pequeña esperanza, esta ventana es mi propia vida. Saltaré a recorrer nuevos rumbos, rumbos desconocidos, lugares que no entiendo, pero que me llenan de ganas y de esperanza de que al fin encuentre mi verdadero lugar.
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3 comentarios:
Gracias Eduardo. Es una ventana que nos abre el horizonte a la esperanza, cada cual que busque la suya propia. La mía es encontrar un hueco en el corazón de la gente. Recobrar los momentos felices. Conseguir hacer dichosos a los demás. Tú hoy lo has conseguido conmigo. Un abrazo.
Tus palabras, Eduardo, y tu ventana, Meli, me han hecho recordar un viejo romance que aprendí de niño y lo pongo aquí. Gracias, pues, a los dos.
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.
Felicidades, Meli, por la ventana y el mensaje. Felicidades, Eduardo, por el bonito texto tb lleno de esperanza.
Muy bueno el acuerdo que has tenido Paco de este romance que tanto hemos recitado.
Un abrazo a los tres.
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