Es tanta la belleza que nos regala la madre Naturaleza que no nos quedan palabras para expresar nuestra admiración. Sólo nos queda dar las gracias por permitirnos disfrutarla contemplándola, en las flores, las plantas, los árboles, los campos, los ríos y los mares, el cielo estrellado, la luz de la luna...
Al ver esta flor sólo podemos decir: ¡madre mía, qué bonita!
1 comentario:
Tienes razón Conchi en todo lo que dices y realmente "las gerberas" son preciosas.
Y me pregunto ¿cómo correspondemos a tanta generosidad? pienso que no demasiado bien...
Abrazos.
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