Bienvenido amigo, bienvenida amiga... En este blog no existen las fronteras, ni las diferencias,...

Bienvenido amigo, bienvenida amiga... En este blog no existen las fronteras, ni las diferencias,...
Nicaragua, Argentina, España, Panamá, Chile, Perú, México, ...

martes, 13 de febrero de 2007

APUNTES BREVES DE UN RELATO CORTO

Y ahora ya la tengo. La naturaleza me la había regalado. Ya puedo traspasar los límites de mi finitud. Mis ojos pueden ver más allá de lo que hasta ahora lo hacían y, ¿qué verán?... ¿qué habrá detrás de esos limpios cristales? Siento miedo o, al menos, desconcierto. ¿Qué me encontraré? ¿Me hará más feliz? ¿Me pondrá más triste…?

Algo tan simple como una ventana está rodeado quizás de demasiadas preguntas. Mezcla de miedos, temores, esperanzas e ilusiones recorren mis anquilosadas neuronas, hasta ahora acostumbradas a la quietud, a no sentirse sorprendidas más que con la luz suave de cada nuevo amanecer. Y estoy aquí, solo ante ella.

Bueno, ¡basta ya…! La voy a abrir. Siempre he sido valiente. No dudo más.

En ese momento, mis pasos abandonan la apacible sombra del árbol y me dirijo a la ventana que, primera sorpresa para mí, empieza a abrirse sola al tiempo que me voy acercando. Me detengo y ella se detiene. Es como si un mecanismo interno e invisible hubiera unido mis pasos y su movimiento, como si las mismas órdenes guiaran sus hojas y mis músculos. Sigo, pero ahora más lento, con cuidado y ella, encadenada a mí, o tal vez al contrario, hace lo mismo. Lentamente se va abriendo con la velocidad de un atardecer y nos vamos acercando.

A mi alrededor han callado los pájaros, la cigüeña, eréctil, mira, despreocupada, porque no va con ella, hacia otro lado y hasta los lirios parecen no enterarse que paso sin dañarlos sobre ellos.

Ahora sí, frente a frente, ella con su ingravidez y yo, que cada vez siento más pesado mi cuerpo. Mi mirada, mis ojos que en los últimos momentos habían desviado su trayectoria hasta ver sólo mis pies, empiezan a abrirse tanto como pueden y dirigen su atención, pausadamente, al centro de la ventana. ¡Oh! ¡No es posible! ¡No es posible!

pi-aio

(Continuará)

No hay comentarios: