Cuenca
"encantadora"
...Subiendo desde la llanura
una mañana,
-ejércitos de girasoles-
con su piel dorada,
reverenciando a su Rey
y a la Reina... ¡Cuenca!
...Los amarillos
se hacen verdes,
y los verdes
se apoderan de las arcillas
-benditas tierras-
ocres y rojizas,
que gracias
al mimo y la magia
una mañana,
-ejércitos de girasoles-
con su piel dorada,
reverenciando a su Rey
y a la Reina... ¡Cuenca!
...Los amarillos
se hacen verdes,
y los verdes
se apoderan de las arcillas
-benditas tierras-
ocres y rojizas,
que gracias
al mimo y la magia
“de unas manos”
modelando su barro,
acunan siglos há...
nuestra comida.
Y aparecen
las grandes piedras
-con su silencio mudo-
y la majestuosidad
que solo se entiende,
por que antaño...
dicen algunas lenguas,
fueron morada
de los Dioses del Olimpo
-y el que tuvo, retuvo-.
Con sus leyendas...
-más parecieran cuentos-
que invitan a soñar
-dulces sueños-
y a cambiar
alguna que otra realidad.
El aire habla
y le contestan los pájaros...
-con sus trinos- en los
bosques de pinos y abetos,
esperando las nieves
y la Navidad de los niños.
Y más arriba
al atardecer,
donde las aguas
comienzan su andadura...
-las hiedras-
pegadas como lapas
a las piedras, le dicen
-al joven cristal-
baja sin miedo,
que te he preparado
una almohadilla...
y no raspa;
-da recuerdos-
y de beber, al sediento.
Vaya, vaya
se me olvidaba,
voy a la capital...
-de boda-.
... Y en llegando,
el suspiro
de las campanas,
en su lamento
de soledad...
-se pierde en la noche-
de sus callejas empedradas
y empinadas,
con sus fuentecillas
de chorritos tímidos,
y su luz gastada.
-Soy el testigo-
de la ceremonia,
el mejor sitio
pa' eso soy el padrino...
en las balconadas
asomadas al precipicio,
-palco principal-
para asistir a la boda
“entre la hiedra y la roca”
y los verdes y las hierbas
(Damas de Honor)
pidiendo arrumacos...
a las piedras.
-Sombras y Luces-
-Luces... sombras-
“MÁGICAS”.
La Luna encantada
...mira Cuenca
y las estrellas,
disputándose cuál ser,
la de la varita...
del hada madrina.
modelando su barro,
acunan siglos há...
nuestra comida.
Y aparecen
las grandes piedras
-con su silencio mudo-
y la majestuosidad
que solo se entiende,
por que antaño...
dicen algunas lenguas,
fueron morada
de los Dioses del Olimpo
-y el que tuvo, retuvo-.
Con sus leyendas...
-más parecieran cuentos-
que invitan a soñar
-dulces sueños-
y a cambiar
alguna que otra realidad.
El aire habla
y le contestan los pájaros...
-con sus trinos- en los
bosques de pinos y abetos,
esperando las nieves
y la Navidad de los niños.
Y más arriba
al atardecer,
donde las aguas
comienzan su andadura...
-las hiedras-
pegadas como lapas
a las piedras, le dicen
-al joven cristal-
baja sin miedo,
que te he preparado
una almohadilla...
y no raspa;
-da recuerdos-
y de beber, al sediento.
Vaya, vaya
se me olvidaba,
voy a la capital...
-de boda-.
... Y en llegando,
el suspiro
de las campanas,
en su lamento
de soledad...
-se pierde en la noche-
de sus callejas empedradas
y empinadas,
con sus fuentecillas
de chorritos tímidos,
y su luz gastada.
-Soy el testigo-
de la ceremonia,
el mejor sitio
pa' eso soy el padrino...
en las balconadas
asomadas al precipicio,
-palco principal-
para asistir a la boda
“entre la hiedra y la roca”
y los verdes y las hierbas
(Damas de Honor)
pidiendo arrumacos...
a las piedras.
-Sombras y Luces-
-Luces... sombras-
“MÁGICAS”.
La Luna encantada
...mira Cuenca
y las estrellas,
disputándose cuál ser,
la de la varita...
del hada madrina.
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