Santillana

Pertenezco a una generación a la que se le hacía memorizar todo cuanto era posible. No voy a entrar en disquisiciones si era lo mejor o no. A mí me vino muy bien. Gozo, espero no parecer vanidosa, de una prodigiosa retentiva. Muchas de las cosas entonces aprendidas, aún es la fecha que vienen a mi mente. Un ejemplo es la serranilla "La vaquera de la Finojosa"cuyo principio era "Moza tan fermosa non vi en la frontera, com una vaquera de la Finojosa....", de D. Iñigo López de Mendoza, que ha pasado a la historia literaria española por su título nobiliario, que era el de Marqués de Santillana. Este noble, grande de España, tuvo a bien nacer en una familia de clara tendencia a las letras pues ya su abuelo era poeta. D. Íñígo era gran admirador de Dante, Petrarca y Boccacio. Fué marqués de la que denominan la ciudad de las tres mentiras, Santillana del Mar, pues no es ni santa ni llana ni tiene mar. Uno de los monumentos que hacen atractivo este municipio es su Colegiata de Santa Juliana. Es de estilo románico y se conserva en muy buen estado, a pesar de tratarse de una construcción del siglo XII, aunque el ala este se construyó en el siglo XVI.

Y otro de los poemas que continúa viniendo, de vez en cuando, a mi memoria, después de 40 años, que se dice fácil, es "Recuerde el alma dormida/avive el seso y despierte/contemplando/ cómo se pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/ tan callando...", titulada "Coplas por la muerte de su padre" del poeta Jorge Manrique, que aunque fueron contemporáneos, es de lenguaje menos culto y rima no tan cuidada como el Marqués de Santillana. Bueno, pues tras un paseo por parte de la poesía del siglo XV en España, espero haberos hecho recordar a más de uno, alguno de los versos aquí relatados.