Este poema nos lo dejó Julio en un comentario de la anterior entrada. Supongo que se acordó de él cuando vio la foto de la sandía y de las otras verduras, ya que nos comentaba que lo escribió en 1994. Le pedí permiso para publicarlo en una nueva entrada y nos dio luz verde, así que aquí está.
Muchas gracias, Julio. Un placer tener un poema tuyo en nuestro blog.
A veces me pregunto
acerca de calles inconclusas
o sobre el viento que a todos sus obstáculos
convierte en instrumentos musicales.
A veces me pregunto
por tanta prisa que intenciona la muerte
por los nombres sin sonidos
por el amor
si es más amor
cuando es disciplinado.
Pregunto a veces
por la escuela inexistente
que hizo hombre de bien a mi padre.
Por las fraguas y los amantes.
Por el valor en la postguerra
y el sabor de la inocencia.
Pregunto a veces
por los sueños y las mujeres destrozadas.
Por las vidas y las muertes naturales
y sobre todo por el niño del asombro en el puesto de verduras
SI LE PUSIERON BOCA
O LE HAN SACADO UN OJO A LA SANDÍA.
Julio Cejas
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