Jacintos y Jacintos

Hace dos días os comentaba que los jacintos estaban listos para florecer. Pues, aquí está la prueba. Sus olorosas flores hacen más agradable, si cabe, el paseo por mi terraza. Al igual que ocurre con el narciso, esta planta le debe su nombre a Jacinto, un personaje mitológico, que en el lugar en el que su sangre quedó derramada, debido a un golpe de disco durante unos juegos que mantenía con Apolo, nació esta bella flor.

Con este mismo nombre tenemos un premio Nobel de literatura, un notable escritor español llamado D. Jacinto Benavente. Cuentan que al finalizar el estreno de su obra "Los intereses creados" en el teatro Lara de Madrid, la multitud enfervorecida le llevó en volandas desde allí hasta su domicilio. Y es que no dejaba indiferente a nadie. Hay una cita que, entre todas las que a lo largo de su vida dijo, me gusta y es ésta: No hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros sentimientos.

Y un sentimiento de homenaje es el de nombrar aquí a otro Jacinto. Su apellido Quincoces. A muchos de nosotros poco o nada nos dirá. Pero permitidme que haga esta mención en honor a mi padre que durante toda su vida fué seguidor del Real Madrid, y Quincoces fué jugador durante años y entrenador de este equipo en 1947 (año en el que mis padres contrajeron matrimonio, este año harían 60 años de casados). Y de las flores al fútbol, pasando por la literatura, hemos hecho el paseo de hoy.